El título de este post es una frase muy conocida atribuida a quien fuera rector de la Universidad de Harvard, Derek Bok.
Esta frase es usualmente tomada como referencia para defender la causa de un mayor financiamiento de la educación. En efecto, existe una amplia literatura que muestra los inmensos impactos que la educación puede tener en la vida de los individuos, sus familias, comunidades locales, países y la civilización en su conjunto. Sin embargo, la frase sugiere otra veta que no ha sido explorada con la misma intensidad: el costo negativo de una mala o ausente educación.
Si bien uno puede decir que no contar con una buena educación nos priva de los beneficios que ésta acarrearía, esto no agota el tema. La frase sugiere, y sostengo que con razón, que la falta de una buena educación no sólo tiene ese efecto de privación de beneficios potenciales, sino que efectivamente crea lo opuesto: un efectivo deterioro de la vida de los individuos, sus familias, comunidades locales, países y la civilización humana en su conjunto.
El problema es que este postulado sólo puede ser una hipótesis de trabajo ya que si bien existe investigación sobre los beneficios de la educación, aquélla sobre sus maleficios no es tan evidente.
Dado el estado de la educación peruana de, al menos, las últimas cuatro décadas, el Perú podría ser un caso interesante a explorar. ¿Cuáles son los impactos de una deficiente educación sobre la vida de los peruanos? Si bien uno puede observar en la última década un período de crecimiento económico que parece sostenido, ¿cuánto de ese ciclo de crecimiento no es sino la repetición de un patrón antiguo vinculado al carácter primario-exportador de la economía peruana?. Por otro lado, ese crecimiento económico se ha traducido en una importante expansión del consumo, pero parece estar también asociado a un período de empobrecimiento de los niveles de civilidad (civilización) del país.
Personalmente, siento que el Perú está muy distante de valores democráticos y civilizadores fundamentales. El recurso diario a la violencia, la sistemática falta de respeto por la normatividad que representa la convivencia civilizada, la precariedad de las habilidades básicas de lectura, escritura, uso de números, razonamiento crítico y reflexivo, la (salvo excepciones) indigesta TV de señal abierta, etc. ¿Cuánto de eso es resultado de la pobrísima educación que tenemos? Lo peor de todo es que siento que las cosas están tan empobrecidas que la mayoría de las personas ni siquiera lo percibe: en su actividad diaria, los peruanos reproducen (yo trato diariamente de no hacerlo) un mundo de incivilidad y nadie parece notar que eso conduce a una vida social inmersa en una zahúrda de irrespeto y violencia.
Evidentemente, estos no son postulados sino simplemente ideas que buscan sugerir que debemos investigar, conocer y espantarnos por los posibles efectos negativos que la mala educación tiene sobre todos y alzar nuestras voces y decir basta! necesitamos una educación digna, acorde con los derechos fundamentales de las personas y con las aspiraciones de democracia y civilización que todos tenemos derecho a tener.
Qué bueno sería no tener que hacerse estas preguntas.
La verdad es que la educación es muy importante para un país. Yo estoy constantemente estudiando y aprendiendo, porque el saber no ocupa espacio y además ayuda a ser libre de mente. Ahora estoy haciendo un curso 2016 inem pero en cuanto acabe comenzare otro.
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