16 junio, 2013

Una posible innovación radical en educación

Hace varios años me contaron ese chiste que decía que si un médico del siglo XIX fuera traído de vuelta a la vida y llevado hoy a un quirófano, no tendría idea acerca de qué hacer; en cambio un buen maestro en una situación similar tomaría un trozo de tiza (o un marcador en caso haya una pizarra acrílica) y retomaría la lección que dejó el día anterior. Obviamente, este chiste parte de una exageración aunque, sin embargo, tiene ciertos elementos de verdad.

En primer lugar, hay algo en la tarea educativa verdadera que no se reduce a la tecnología usada, sino que pasa por la interacción maestro-alumno. En ese sentido, no parece un problema que la educación del siglo XXI tenga algún parecido con la del siglo XIX. Por otra parte, también hay muchas áreas en la que sí es un problema que este parecido subsista.

Los "sistemas educativos" creados el siglo XIX permanecen hoy en día y no resulta claro si esa permanencia es el resultado de que sigan cumpliendo un papel valioso (hay casos en los que esto no parece ser así) o, más bien, es el peso de intereses creados el que pugna por mantenerlo incluso frente a algunos intentos de reforma.

El principal problema que veo es que hemos llegado a una situación en la cual la principal pregunta de política educativa parece ser ¿Cómo arreglamos el sistema educativo? Cuando el interés público necesita que uno se pregunte ¿Cómo aseguramos aprendizajes?

Hasta ahora ambas preguntas han sido tratadas como equivalentes cuando no lo son y esta diferencia podría estar a punto de hacerse más que evidente.

La Fundación de los Premios X ha anunciado que para fines de 2013 lanzará un premio de 10 millones de dólares para quien logre desarrollar una tecnología que permitiría que los 60 millones de niños para las que la escuela no es una opción (la cifra representa aproximadamente el 10% del total de niños que debería estar en la educación primaria, la mayoría de estos 60 millones de niños nunca ingresará a la escuela o ya lo hizo y tuvo que abandonarla) logren desarrollaran sus habilidades básicas de alfabetismo. Esta tecnología deberá de modo necesario funcionar sin el concurso de una escuela (debido a que la escuela justamente no es una opción real para quiénes son su población objetivo).

Antes de seguir, una nota sobre los Premios X: se trata de una iniciativa para brindar un estímulo económico significativo a aquéllos que puedan realizar innovaciones mayores y demostradas. El primer Premio X fue dado hace unos años a la primera iniciativa privada de construcción de una nave espacial capaz de llevar al menos a tres pasajeros fuera de la atmósfera, regresar a salvo y poder reutilizar la nave en pocos días. Esa innovación ha permitido iniciativas privadas que en poco tiempo permitirán reducir los tiempos de vuelo en la tierra: un vuelo suborbital permitirá unir dos puntos cualesquiera del planeta (que cuenten con un espacio-puerto) en aproximadamente dos horas. Una rama de la empresa de Richard Branson (Virgin Galactic) ya está vendiendo los tickets para los primeros vuelos. Desde entonces los Premios X han estado centrados en la industria espacial y la medicina.

La nueva iniciativa de la Fundación de los Premios X es encabezada por tres personajes del mundo educativo: Nicholas Negroponte (MIT), Gordon Brown (ex primer ministro británico y actual enviado especial del Secretario General de las UN para su iniciativa Global Education First), y Ken Robinson (educador crítico del paradigma que subyace a los sistemas educativos modelados bajo un prisma academicista y a imagen de un modelo de producción industrial, ver su más reciente, 2013, participación en TED).

Si se logra concretar esta iniciativa es posible que en unos dos o tres años tengamos una tecnología que permita que los niños puedan desarrollar sus habilidades básicas de alfabetismo sin la mediación de una escuela o de un maestro.

Si bien la iniciativa no está planteada como la búsqueda de un competidor de la escuela ya que: (i) va dirigida a aquéllos a los que la escuela no llega y (ii) no pretende lograr todo lo que la escuela tiene como mandato, lo cierto es que dado que la escuela no logra lo que se supone debe hacer, y que ni siquiera asegura lo más básico, si una tecnología diferente a los sistemas educativos sí lo lograse, entonces estaremos ante un desafío radical a los sistemas educativos actuales: si los niños pueden aprender a leer, escribir, usar números por ellos mismos sólo descansando en una tecnología presumiblemente de bajo costo por niño, ¿Qué sentido tiene que los estados gasten en sistemas educativos varias veces esa cantidad si ni siquiera logran que los niños logren leer de modo competente tras seis años de escuela primaria?

No estoy sugiriendo que la innovación que se desarrolle habrá de reemplazar ineludiblemente a la escuela (aunque tal vez lo haga con relación a varias de las tareas que la escuela debería lograr -probablemente en lo circunscrito a lo cognitivo), pero podrá desafiarla radicalmente.

Tal vez ése sea el terremoto que necesitan los sistemas educativos para reformarse, o las personas para decidirnos a reformarlo.

4 comentarios:

  1. César,

    En efecto, todos estamos interesados en buscar soluciones, pero muchas veces la fascinación por la tecnología nos lleva a planteamientos tipo Premio X sin mayor sustento en evidencia académica. Me explico, desde la década de 1990, diversos metanálisis mostraron el efecto leve del uso pedagógico de las TIC en la mejora del rendimiento académico. Cuando esta evidencia llegó a los hacedores de política en Perú, se dijo lo de siempre: Perú es un país diferente, ha pasado por un proceso histórico único, tiene xxx lenguas, ocho regiones ecológicas.... Y que por lo tanto, aquí sí iba a funcionar.

    Pues bien, entre el 2008 y 2012 se han realizado siete evaluaciones de impacto de las TIC en el rendimiento académico: 2 en Colombia, 1 en Ecuador, 3 en Perú y 1 en Uruguay. El efecto ponderado es trivial, casi imperceptible.

    Lo curioso es que NN nuevamente aparezca impulsando una alternativa que tiene baja o nula efectividad en los países de la región. En China e India han mostrado efectividad bajo condiciones muy específicas.

    Por lo tanto, las alternativas debieran buscarse entre aquellos elementos que sí afectan el rendimiento, como el método de enseñanza empleado o el desempeño docente, no en alternativas que una y otra vez han mostrado su baja/nula efectividad.

    Saludos

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  2. Hay unos comentarios que creo vale la pena hacer a propósito del tuyo:

    1. No creo que sea posible juzgar lo que la Fundación de los Premios X busca hacer ya que aún ellos no lo han definido. Me parece inapropiado emitir un juicio en esas circunstancias, por lo que solamente menciono una expectativa y un propósito.

    2. No se puede generalizar lo que las evaluaciones que mencionas muestran a todo lo que engloba el término TICs para empezar por que eso sería equivalente a condenar a la TV por cable por lo que no hizo la radio hace 80 años. Hay cosas nuevas bajo la etiqueta TICs y que algunas TICS funcionen o no, no quiere decir nada sobre otras, especialmente cuando el problema principal es ver como operan en un contexto dado.

    3. El problema que este premio busca abordar es que se puede mejorar métodos de enseñanza y muchas otras cosas más que me parece imperativo hacer dentro de la escuela, pero esto sólo opera dentro de la escuela ¿qué se hace por esos 60 millones de chicos para los que lo que pase en la escuela es irrelevante pues NO están en ella? (bueno, es cierto que algunos pudieron no haber abandonado la escuela si ésta funcionase, pero hay otros que nunca ingresarán).

    4. Cualquiera que haya tenido un nivel de exposición a juegos de video complejos puede reconocer que éstos están estructurados de una forma que el jugador (muchas veces un niño muy pequeño) aprende de modo progresivo un conjunto de reglas y relaciones que pueden ser muy complejas. Lo hace de modo progresivo mientras juega y el elemento clave es el involucramiento con el juego. Esto también está ampliamente documentado con investigación. Entonces, si se puede aprender relaciones, reglas y dinámicas complejas jugando sólo ¿no sería posible aprender algunas otras cosas más "académicas" también?

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    1. Qué lindo es poder decir "yo te dije" de vez en cuando... Hacia 1996 o 97, en PLANMED, llegué a sugerir que los educaderos rurales del futuro serían provistos por Kodak o por Siemens o por Toyota, y que con prescindencia de maestros y de escuelas y el empleo de un adecuado switching cognitivo producirían aprendizajes en unas pocas materias básicas. Claro que como también dije que para esa época estaríamos consumiendo leche de ballena, no me tomaron en serio. Faltos de visión, todos. Kodak se fue, pero ya está la inciativa privada en la línea de lo que anticipé. Voy por mi leche. Un abrazo,

      E

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  3. A propósito de tus comentarios.

    1. Si el señor NN no estuviera entre los promotores del premio estaría de acuerdo, pero su agenda "digitalizadora" sigue siendo la misma (con algunas variantes) desde la década de 1990, si revisas sus escritos de aquellos años verás que lo de la OLPC se veía venir hace varios años.

    2. Nuevamente, me remito al contexto, no a una iniciativa promovida por tres personas al azar, una de ellas (NN) tiene una agenda "digitalizadora" bien conocida desde hace algunas décadas. Cuando hablamos de programas de radio/tv entiendo que el desafío no es el rendimiento académico, sino ampliar el acceso a personas que de otra forma no podrían participar de procesos de enseñanza. Y aún cuando la tv/radio no siempre han tenido un impacto significativo en el rendimiento, son fundamentales para ampliar la cobertura.

    3. ¿Qué se hace por los 60 millones que no están en la escuela? Se pueden elaborar materiales educativos altamente programados, basados en guiones de clase, y cuidar al máximo la estructura y secuencia de los temas impartidos y contextualizados, dando espacios para poner en práctica lo aprendido. Y luego usar el DVD o televisión por cable/satélite como medio de distribución. No descarto usar las TIC como medio de distribución, pero pienso que el énfasis no debe estar en ellas sino en como ofrecer formas efectivas de enseñanza.

    4. No cabe duda que la forma más fácil de aprender (cualquier cosa) es a través del juego. De acuerdo con todo lo que señalas en el punto 4.

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